De acuerdo a un estudio, el 58 por ciento de la población mexicana consume producciones a través de plataformas de streaming. El avance exprés de estas tecnologías abre una nueva brecha: la tercera edad dorada de la televisión.
Por Itzel Roldán
Ciudad de México, 19 febrero (Vanguardia/SinEmbargo).- En abril del 2016 un joven de tan solo 25 años se hizo parte del famoso libro de Récord Guinness, Alejandro Fragoso logró permanecer 94 horas consecutivas frente al televisor, sin parar y por supuesto sin dormir. ¿Cómo lo logró? Durante casi cinco días vio capítulos de exitosas series como Game of Thrones, Curb Your Enthusiasm, Battlestar Galactica, Twilight Zone, Bob’s Burgers y Adventure Time, todo patrocinado por la empresa CyberLink, la cual contrató a gente que monitoreara al joven y un juez Guinness presente en todo momento.
Fragoso no falló, al finalizar el reto aseguró que nunca pensó en claudicar, pues las series tienen algo que lo atrapaban, que lo llevaban siempre a querer más de la historia. Es así como este tipo de entretenimiento audiovisual se ha convertido en una adicción, inclusive su éxito se ha equiparado al de las grandes producciones cinematográficas de Hollywood en taquilla. Todo parece indicar que estamos viviendo la tercera edad dorada de la televisión, así lo asegura la investigadora Ana Tous: “La ficción es el auténtico motor de la industria televisiva”.
Las series de drama y ficción siempre han existido, pero la clave de su éxito se dio en el momento que aparecieron las plataformas de streaming, un movimiento histórico a nivel tecnológico que cambió la forma en que disfrutamos el entretenimiento, incluso en la televisión convencional. En su libro El lenguaje de los nuevos medios, Lev Manovich habló sobre el impacto de las nuevas tecnologías en nuestra forma de consumir cultura, e insistió en la importancia que está adquiriendo la velocidad de transmisión, es decir la inmediatez.
Por ejemplo, en el cine, un hecho que tiene lugar hoy es analizado en un producto cultural que aparece muchos meses después debido a su proceso de producción y postproducción. Las series, sin embargo, hablan de este momento, sus episodios muestran acontecimientos que han sucedido semanas antes de que los podamos ver. Netflix, Amazon Prime, HBO y Hulu producen historias que hablan de la actualidad, que avanzan a nuestro ritmo, y nos permiten terminarlas en menos de 48 horas.
LAS MÁS MARATONEADAS
Un estudio realizado a la audiencia en Estados Unidos, destacó cuales son las 10 series más maratoneadas por los televidentes de aquel país en 2018:
· On My Block
· Making a Murderer (Temporada 2)
· 13 Reasons Why (Temporada 2
· Last Chance U: INDY
· Bodyguard
· Fastest Car
· The Haunting of Hill House
· Anne with an E (Temporada 2)
· Insatiable
· Orange Is the New Black (Temporada 6)
DATOS
· El día que más se vio Netflix en México fue el 8 de enero.
· Al día se vieron unas 140 millones de horas de contenido entre todos los usuarios, o lo que es lo mismo a 1000 millones de horas a la semana.
· Un suscriptor promedio vio 60 películas en un año, es decir poco más de una película a la semana.
· Greenleaf fue la serie de la que los usuarios consumieron todos sus capítulos más rápido.
· The Crown fue la serie que se consumió con menor velocidad.
· Stranger Things ha sido la serie más vista “en familia” del servicio.
· Hubo un mexicano que vio Monsters Inc. 364 veces en todo 2017.
LA FÓRMULA NO TAN SECRETA
En entrevista con Vanguardia, Alfredo Galindo, cineasta, comunicólogo y periodista, colaborador de esta casa editorial desde 1984, contó algunos secretos de estas series, detalles de las recetas no tan secreta para hacer de estas producciones un éxito total.
“Vale la pena destacar, que si bien ha habido series como Dallas que han insistido en presentar a personajes mexicanos como delincuentes, como sucediera en su última temporada con los personajes de Kuno Becker o Kate del Castillo, Dinastía optó por tener como heroína a otra mexicana, Ana Brenda Contreras, en el personaje protagónico que originalmente hizo Linda Evans, una actriz totalmente anglosajona de piel blanca y cabellera rubia. Asimismo, dramas legales que en el pasado eran reservados a anglosajones con contadas, excepciones como el puertorriqueño Jimmy Smits en series como L.A. Law en los noventa como abogado y no como delincuente, en series como How to Get Away With Murder destaca la diversidad, desde su protagonista, una afroamericana como Viola Davis, con jóvenes también afroamericanos, homosexuales, judíos o latinos como la mexicana Karla Souza”, opinó Galindo.
A pesar de que muchos creen que vivimos una “Época de Oro” en las series, él considera que es un nuevo auge. “Difiero el considerar que vivimos una ‘Época de Oro’ en las series porque sería demeritar series protagonizadas o producidas por íconos del cine como Lucille Ball en El show de Lucy o Alfred Hitchcock en Alfred Hitchcock Presenta desde los años 50, eso sin contar otros creadores de los 60, 70 u 80. Lo que sí creo es que hay una oferta y demanda mayor a diferencia de entonces a raíz de la llegada del internet y las redes sociales y nuevas generaciones que propician ese furor y ‘cultos en automático’ de muchas de ellas”, puntualizó el cineasta.
SÓLO UNA ADICCIÓN
Y sí, las series siempre están ahí, son económicas —incluso hay gratuitas— y funcionan como una amalgama social que agiliza conversaciones y que facilita la decisión de qué hacer un viernes por la tarde. Su formato tiene fuerza de impacto emocional porque a todos nos recuerda la vida, alternando la risa y el llanto. De acuerdo con el guionista, egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica, Gustavo Adolfo Ambrosio Bonilla, “lo que importa es que la serie llegue a todo tipo de públicos y que los impacte de forma positiva, ya sea para entretener, conmocionar o emocionar. No importa si la serie la ve una señora de 65 años, un estudiante de filosofía o un adolescente, si esa serie logra conectar a tan diversas formas de ser, entonces hablaríamos de su éxito total”.
El portal Vice asegura que estos productos audiovisuales de corto formato ya forman parte de la vida de la gente, y eso supone que, la sobreoferta nos arrastre hacia una espiral de consumo en bloque.
“El ejemplo más impresionante que he encontrado es el de Game of Thrones. Los guionistas lograron conjugar estructuras dramáticas complejas que vienen del teatro shakesperiano, de la tragedia griega y de ciertos mitos y leyendas. Lo combinaron para crear una gama de tramas y personajes complejos que dejaron con la boca abierta a millones.”, concluyó.
A SABER
Netflix, Amazon Prime, HBO, Hulu y hasta la televisión convencional han revolucionado la forma en que consumimos el entretenimiento; las series se han vuelto adictivas; se han equiparado al cine, este fenómeno tiene una respuesta y te la contamos.